Killiam
Mi lobo me insta a destrozar a esta maldita siryes y así hacerle justicia a Lara. Tuve muchas ganas de acabar con su existencia cuando descubrí el lazo que me unió a mi pareja, pero Lara me lo impidió.
Ahora tengo la oportunidad de hacerla pagar que mi bella mate derramara lágrimas por su culpa; sin embargo, ¿quién me haría pagar a mí?
¿Con qué moral les reclamaba a ellos si yo también le hice daño?
Aun así, la ira toma control de mis actos y, de repente, me encuentro apretándole el cuello con tirria.
Mis venas se inflan y mis músculos se ensanchan, mientras mi lobo me grita que le rompa el cuello, que destruya todo lo que le hizo daño a Lara.
El sonido de sus quejidos se une a ese maldito pitido que nunca se va; aprieto los ojos porque no soporto la presión que me atormenta la mente.
Es como si algo externo me controlara.
La siryes llora y suplica perdón, pero yo solo puedo ver a Lara, aferrada al cadáver de su mascota mientras grita su dolor.
También la imagino en ese cuart