La mañana siguiente a la gala, Valentina y Tomás se encerraron en el viejo apartamento de un amigo desaparecido, un lugar polvoriento pero seguro, donde nadie pensaría en buscarlos. La luz de la pantalla de la laptop iluminaba sus rostros cansados. El silencio era tenso, como si cada clic pudiera detonar una bomba.
—¿Estás lista? —preguntó Tomás, sentado frente al computador con un café frío entre las manos.
Valentina asintió.
—Dame acceso a los registros comerciales primero. Si existe oficialmente, debe figurar en algo.
Tomás tecleó rápido, sorteando firewalls y protocolos de seguridad como quien desarma una cerradura oxidada. Por fin apareció un listado:
LM Holdings, Director General: León Montenegro.
Sede fiscal: paraíso fiscal en Islas Vírgenes.
Actividad comercial: Importación y exportación de bienes industriales.
Personal registrado: 0 empleados permanentes.
Movimiento financiero anual: clasificado.
Valentina frunció el ceño.
—Una fachada. Como lo imaginaba. Actividad fantasma y