Gabriel / Más excitado no puedo estar.
En el restaurante, observo el negocio mientras charlo con Miguel. Todo fluye: meseros atentos, clientes contentos. Pero mi cabeza está en Luciana. Su foto en la cama, ese piquito en la primera cita, y su trasero moviéndose en mi imaginación me tienen idiotizado.
—Entonces, ¿Luciana está molesta contigo, Mickey? —pregunto, riendo.
—Yeap. Dice que se siente ofendida —responde, carcajeándose—. La llevé a ver La Monja y le dije que era idéntica a Annabelle. No paré de joderla.
Río. Según Luciana, Miguel es un “culero de lo peor” que no la dejó disfrutar la película, comparándola con la muñeca diabólica. Según él, fue una broma divertida y hasta pagó todo como caballero. Coinciden en que Miguel la fastidió, pero ella no puede quejarse. Quiso ser su mejor amiga, y Miguel tiene un humor… peculiar.
—¿Crees que debo disculparme? Fue divertido —dice, encogiéndose de hombros.
—Se le pasará —respondo, sonriendo—. Le pedí una segunda cita.
—Hmmm, progresos con tu muñeca. Me agrada, es auténtica —h