72. Un camino sin retorno
Cuando decides alejarte de la oscuridad, no hay marcha atrás… aunque la oscuridad aún te reclame.
Un amanecer distinto
La primera luz del día se colaba por las cortinas finas del departamento de Giulia, tiñendo la habitación con un tono dorado y suave. El murmullo de la ciudad apenas comenzaba a despertar allá abajo, pero adentro todo parecía suspendido en un instante calmo.
Nico abrió los ojos lentamente. El techo blanco le resultaba extraño, ajeno a la frialdad de la villa Moretti o a los hoteles donde solía pasar las noches.
Pero no aquí. Aquí olía a hogar.
A café, jabón, y a Giulia.
Giró la cabeza y la vio dormir a su lado, con el cabello desordenado sobre la almohada y la respiración tranquila. Durante años había creído que nunca tendría una vida así… y sin embargo, en ese pequeño departamento, lo imposible parecía al alcance de la mano.
Giulia abrió los ojos apenas sintió su mirada.
-- Buenos días --murmuró con voz ronca, aún adormecida.
-- Buenos días --respondió él, sonriendo