71. El peso de las sombras
Hay verdades que no se buscan… y aun así terminan encontrándote.
Un desayuno diferente
La mañana había amanecido fría y clara, con ese tipo de luz que se cuela tímida entre las persianas. Valentina había pasado casi toda la madrugada escribiendo notas y revisando grabaciones de entrevistas que no llevaban a ningún lado. El caso que tenía entre manos —una serie de contratos sospechosos vinculados a la municipalidad— estaba lleno de callejones sin salida.
Y si había alguien que podía abrirle una puerta… ese era Luca Moretti.
Se vistió con rapidez, con un jean oscuro y una chaqueta ligera, tratando de disimular el cansancio en el rostro con un poco de maquillaje. Tomó su libreta de apuntes, su celular y salió de su apartamento, decidida.
Media hora después, entraba a la cafetería donde sabía que Luca solía pasar las mañanas cuando no estaba en la villa. Era uno de esos lugares discretos, con ventanales amplios, música baja y aroma a café recién molido. Lo vio enseguida, sentado en su me