45. Sombras del pasado
A veces, las victorias más brillantes despiertan los miedos más antiguos.
En casa de Ángela
El aroma a café recién hecho llenaba la cocina de Ángela Rizzo cuando Valentina llegó esa tarde. Llevaba el rostro cansado pero una chispa de orgullo en los ojos. Apenas se sentó a la mesa, su tía le sirvió una taza sin decir palabra, como si hubiera estado esperando ese momento desde hacía horas.
-- Así que ya eres toda una periodista reconocida -- comentó Ángela, con un tono neutro. -- Tu artículo está dando vueltas por todas partes.
Valentina sonrió, removiendo el café.
-- No reconocida, tía. Solo fue un paso. Pero sí… fue un buen paso.
-- Un paso que puede costarte caro.
El corazón de Valentina se encogió un poco.
-- ¿Qué quieres decir?
Ángela la miró fijamente, con esos ojos que parecían atravesar cualquier máscara.
-- Vittorio Bernardi no es un hombre que acepte quedar mal en público. Y detrás de él hay gente… más peligrosa aún. Gente con la que no deberías cruzar tu camino.
Valentina apo