La invitación había llegado tres días después de la expulsión de James: Lady Mercy organizaría un baile de máscaras, una celebración íntima para "levantar los ánimos" de la familia. Clara supo inmediatamente que no tenía nada que ver con alegría y todo que ver con control.
La noche del evento, mientras ayudaba a Sophia a ponerse su pequeña máscara de seda blanca decorada con plumas, Clara recibió la orden que había estado temiendo.
—La señorita Morel no asistirá como invitada —había declarado Lady Mercy esa mañana, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos—. Su posición en esta casa es la de empleada. Ayudará a supervisar el servicio durante la velada.
Adrian había abierto la boca para protestar, pero Lady Mercy lo había silenciado con una mirada.
—A menos que quieras hacer oficial tu... interés en ella frente a toda la sociedad, sugiero que respetes las convenciones apropiadas.
Había sido una trampa perfecta. Adrian no podía defenderla sin revelar demasiado, sin confirmar todos los ru