Mundo ficciónIniciar sesiónEl grito de Sophia resonó en el bosque como ave herida.
Luego, nada.
Solo silencio tan profundo que Clara podía escuchar su propio pulso martillando en sus oídos.
—¡Sophia! —Edward gritó desde algún lugar entre los árboles—. ¡Responde! ¡Por favor!
Pero no hubo respuesta.
Adrian dio un paso hacia el bosque, pero sus piernas cedieron. Cayó de rodillas en el suelo, sus manos presionadas contra la tierra como si necesitara ancla física para no desmoronarse completamente.
—Maté a su padre —susurró—. Todo este tiempo... la crié... y maté a su padre.
—No lo sabías —Isabella intentó, pero su voz sonaba







