Mundo ficciónIniciar sesiónEl horizonte comenzaba a teñirse de rosa.
Edward miraba el contrato en sus manos como si fuera sentencia de muerte. Las palabras escritas hace ocho años por dos adolescentes que creían en promesas eternas ahora se sentían como cadenas oxidadas.
"Yo, Evelyn D'Armont, prometo unirme en matrimonio con Edward Harlow cuando ambos alcancemos la mayoría de edad..."
Había memorizado cada palabra durante los años en la guerra. Cada noche en las trincheras, mientras el barro se le metía en los pulmones y el sonido de los cañones destrozaba sus oídos, repetía esas palabras como mantra. Como razón para seguir respirando cuando cada parte de él quería rendirse.







