14. Él tenía su corazón
Garrett maldijo al darse cuenta de que su teléfono se había quedado sin carga. Pero lo cierto es que no había tenido cabeza para preocuparse por el aparato hasta que se sintió mejor.
Lo último que recordaba era haber hablado con Nikki y Nova antes de empezar a sentirse mareado. Sabía que era el resultado de las largas horas de desvelo que había tenido durante los últimos meses. El estrés del trabajo y la preocupación por Livia no ayudaban en nada.
Ahora mismo, por ejemplo, no podía dejar de pensar en Livia. La había dejado sola durante todo el día, sin poder avisarle que no llegaría a la oficina. Lo más probable es que estuviera pensando que había huido de nuevo.
—Maldición, ¿por qué todo me tiene que pasar a mí? —se quejó, golpeando el colchón de la camilla.
Miró la intravenosa conectada a su brazo y suspiró.
—¿Por qué justo tenía que pasarle eso ahora? Livia podía estar necesitándolo. Con Ian nada era seguro, aunque Livia había dado la orden de que no lo deja