51. ¿Te quedarás conmigo?

Anthony llevaba un par de horas en la habitación de Isla, aunque él seguía sin saber quién era ella. También seguía sin comprender qué era lo que lo obligaba a estar ahí. No era su problema, él no la atropelló, así que, podía largarse en el momento en el que quisiera; sin embargo, su cuerpo no parecía obedecer la orden de su cerebro.

Él sonrió.

Después de Olivia, nunca se había preocupado por nadie más, pero aquí estaba, sentado en una dura silla, cerca de la cama, esperando a que una completa extraña decidiera despertar.

Tal vez su vida le parecía demasiado aburrida y necesitaba distraerse con algo, aunque solo fuera ver el rostro de la bella durmiente.

Anthony negó con la cabeza.

—¿Bella durmiente? —preguntó con ironía.

Esa mujer parecía todo, menos bella. ¡Prácticamente, andaba en los huesos! Tenía la seguridad de que, si la agarraba con dureza, iba a quebrarse. Era un pecado, alguien tenía que ser responsable de ese estado lamentable.

Anthony suspiró, se