70. Un golpe bajo
Anthony giró el pomo de la puerta y la abrió. Dejó que Addison entrara primero y luego lo hizo él. Caminó detrás de ella, deteniéndose cuando ella lo hizo.
—No puedo creerlo —dijo, dejando su bolso sobre el sillón, girándose para abrazarlo.
Anthony trató de no tensarse para no dejar en evidencia lo mucho que ese gesto le desagradaba. No quería abrazos, solo deseaba confesiones.
Había pasado una semana entera preparando este momento, cuidando cada detalle para conseguir lo que quería de Addison; sin embargo, sabía que no iba a ser tan fácil conseguir que abriera la boca y cantara como un pajarito. Era una mujer lista y debía tenerlo en cuenta para no cometer ningún error.
—¿Una copa? —preguntó él, apartándose con una sonrisa.
Ella asintió, lo dejó ir, sentándose en el sillón, cruzando la pierna para dejar expuesta una buena parte de su anatomía.
Addison observó a Anthony desde su posición. Había tenido dudas con respecto a su buena voluntad de colaborar con ella, pero