49. Su primer hombre
Anthony presionó el freno con desespero, giró el volante antes de impactar contra el cuerpo de aquella imprudente mujer. Su cabeza golpeó con brusquedad, pero consiguió su objetivo. ¿Cómo demonios se le ocurría cruzar la calle sin ver el maldito semáforo?
Eso sería lo primero que le reclamaría, apenas le pusiera las manos encima. Anthony salió furioso del vehículo, pero cuando iba a enfrentar a esa desconsiderada mujer, ella cayó al piso.
Entre la ira y el miedo de haberla golpeado, corrió a verla. La respiración se le cortó al ver sangre en sus manos y pies; la tomó sin pensarlo. Sabía que lo mejor era llamar a emergencias, pero no lo pensó. La metió en el asiento del copiloto y se dirigió al hospital.
Anthony no tenía idea de que acababa de convertirse en el salvador de Isla. Ni de qué esa acción iba a significar.
No, él no pensó más allá de llevarla al hospital más cercano, llamar a un familiar y hacerse cargo de los gastos. Esa era su intención.
Aun con desesp