56. Entrégamela
—Por favor, Kala, ya no desaparezcas como lo has hecho estos días —pidió Livia, luego de dejar el tema de la discoteca a un lado.
Por la paz mental de Livia, Kala accedió, sobre todo, porque tenían los videos de vigilancia y Bastian hacía lo suyo con Garrett, no solo eso. Había hecho que sus hombres buscaran a ese tipo hasta por debajo de las piedras y conociéndolo cómo lo hacía, no iba a descansar hasta tenerlo en su poder.
Le impresionaba y asustaba al mismo tiempo esa capacidad de Bastian, pero también le gustaba. Kala no sabía decir en qué momento dejó de ver a Livia como antes, ahora, podía tocarle la mano sin temblar, podía sentarse a su lado sin miedo a que el corazón se le saliera del pecho.
Tal vez… solo había estado enamorada de la idea de lo que Livia representaba, durante su estadía en Los Ángeles, ella había sido toda la figura adulta que tuvo. Las horas a su lado quizá le hicieron ver y sentir cosas que no eran. Lo había descubierto con Bastian.
Su beso f