60. Amor puro
60. Amor puro
Nova no tuvo tiempo de procesar las palabras de Knox, más bien. Fue él quien no le dio tiempo a nada. Tomó sus labios con un deseo que desbarató todo pensamiento coherente y racional.
Las manos de Nova se aferraron al cuello de Knox, ella enredó sus dedos entre los sedosos cabellos de su prometido y lo atrajo más hacia sí. El calor llenó la habitación, parecía que ninguno tenía suficiente. Sus cuerpos fueron cayendo poco a poco sobre el sillón mientras con torpeza iban quitándose la estorbosa ropa.
Nova no tenía ningún problema en seguir el ritmo del beso y habría seguido devorando su boca si el aire no fuera necesario para respirar.
—Estamos en tu oficina, Knox, alguien puede venir y sorprendernos —jadeó de manera entrecortada. Nova tenía la blusa abierta, su pecho subía con un ritmo fuera de lo normal.
Sin embargo, Knox no estaba pendiente del ritmo de su respiración, no. Él no podía dejar de ver esos pechos confinados dentro del brasier en tono negro que hacía resalt