59. ¡Nikki puede ir!
59. ¡Nikki puede ir!
Nikki creyó que sería aplastada por la cercanía de sus padres, pero ni se le ocurrió quejarse. Miró a la secretaria y quiso sacarle la lengua, pero si la descubrían, seguramente sería castigada por su madre. Así que, se guardó sus intenciones y sonrió. Optando por otro método menos rebelde, pero igual de efectivo.
—¡Te hemos traído helado, papito! —gritó interrumpiendo a sus padres, cuando el apretón se hizo más fuerte.
Fue Nova la primera en apartarse, se lamió el labio y le sonrió a Nikki.
—¿Helado? —preguntó Knox sin bajarla.
Nikki asintió y le mostró el tazón.
—Es de fresa, ¡mi favorito! —gritó—. Pruébalo, papi, a mi hermanito no le gustó —le informó lo suficientemente alto para que la secretaria deseara ser tragada por la Tierra y que la escupiera en Marte.
—¿Cómo que no le gustó? —preguntó Knox, viendo a Nova con interés, ignorando a la secretaria que buscaba palabras para disculparse de nuevo.
—No, no le gustó. Mi mami probó un sorbito y tuve que sacrificar