Mundo de ficçãoIniciar sessãoCaroline estaba de pie frente a la mesa, cortando frutas. Marisol caminaba descalza, con una taza de café en la mano, observándola con media sonrisa.
- “Jamás pensé verte tan… doméstica”, bromeó Marisol, apoyándose contra la encimera. Caroline levantó la vista, divertida. - “Yo tampoco. Pero al parecer el embarazo convierte en rutina cosas que antes parecían impensables. Ahora mis batidos matutinos son casi sagrados”, dijo Caroline. - “Y tus antojos también”, añadió Marisol, mirando la mezcla de mango y pepino sobre la mesa. “En serio, ¿cómo puedes beber eso?” Caroline rió, encogiéndose de hombros. - “El bebé manda. Yo solo obedezco”, comentó Caroline. Se hicieron un silencio breve, agradable, mientras Marisol daba un sorbo a su café y Caroline terminaba de preparar el vaso. Era un instante simple, pero






