Mundo ficciónIniciar sesiónEl avión aterrizó en Milán poco después del mediodía. Caroline esperaba en la entrada de llegadas, con una emoción que hacía tiempo no sentía.
El murmullo de la gente, los carros de maletas, los saludos efusivos a su alrededor parecían desvanecerse en cuanto la vio, Marisol emergió entre la multitud, con su andar seguro, los lentes de sol en la cabeza y esa mirada directa que siempre parecía desafiar al mundo. Caroline no pudo evitar sonreír ampliamente. - “¡Por fin!”, exclamó, yendo hacia ella. Marisol la rodeó con un abrazo fuerte, de esos que hacen olvidar cualquier soledad. Se separó apenas para observarla de pies a cabeza. - “Te ves distinta”, dijo Marisol con tono sentencioso. “Y no lo digo solo por la panzita, ¿eh? Tienes otra luz en los ojos, amiga”. Caroline soltó una risa nerviosa y acarició instintivamente su vientre.






