Mundo ficciónIniciar sesiónEl avión aterrizó en la pista nevada de Toronto cuando aún no amanecía. Caroline apenas había dormido en todo el vuelo; su cuerpo estaba rígido, y la ansiedad había sido su compañía invisible en el asiento. Aun así, cuando la nave rodó hacia la terminal, sus ojos se humedecieron, lo había logrado. Estaba lejos de Leonardo.
Los pasajeros se pusieron de pie, retirando maletas, hablando en varios idiomas. Caroline permaneció quieta unos segundos, con la gorra aún calada, era casi una necesidad asegurarse de que la tierra firme no era un espejismo. Francesco pasó a su lado sin mirarla. Solo al bajar, al pie de la escalerilla metálica, se detuvo un instante y se encendió un cigarro. No lo encendió en realidad, apenas lo sostuvo en la mano, era la señal pactada. Caroline respiró hondo y siguió tras él, como una viajera más. El aire frío de la madrugada le golpeó el rostro; y hasta el aire se sentía






