Mundo ficciónIniciar sesiónCaroline nerviosa, permanecía sentada en la sala de embarque, con la gorra baja y la mochila sobre las piernas. Tenía el pasaporte en la mano y el boleto ya marcado. El tablero anunciaba su vuelo hacia Canadá con salida en menos de veinte minutos.
Francesco, a varios metros, se mantenía de pie con un café, mirando el vidrio como si observara la pista. Desde el reflejo vigilaba cada movimiento. No había contacto directo, no había señales. Solo vigilancia desde una distancia prudente. Caroline tragó saliva. En cualquier momento podían aparecer guardias enviados por Leonardo. No debía moverse, no debía levantar sospechas. Un altavoz anunció: “Pasajeros del vuelo 844 con destino a Toronto, acérquense a la puerta de embarque…”. El corazón de Caroline golpeó fuerte. Apretó la servilleta que aún guardaba con el último mensaje de Francesco.






