Mundo ficciónIniciar sesiónLa mañana amaneció pesada, con el aire espeso dentro de la mansión. Caroline descendió la escalera con la espalda recta y el paso sereno, como si nada en el mundo pudiera quebrarla. Por dentro, en cambio, llevaba un nudo en el estómago que no la dejaba respirar. Cada escalón parecía retumbarle en el pecho como un golpe seco.
Cuando cruzó el umbral del comedor, la escena la detuvo. La mesa había sido puesta con esmerado cuidado, tal como lo verías en una fotografía para una de revista de sociedad, vajilla de porcelana y cubiertos de platas, café gourmet recién pasado, y un aroma peculiar de fresas en el ambiente. Al parecer, Leonardo había dado ordenes de mostrar su mansión con el mayor de su esplendor, conociéndolo tan bien sabía que lo que buscaba era demostrar la gloria que el se ufanaba en demostrar. Leonardo ya estaba en la cabecera, traje impecable, periódico abierto frente a él. Fingía leer, pero Caroline sabía que esperaba e






