Después del show de James esa noche, lo he visto casi todos los días en el bar. Sí, díganlo fuerte y claro soy una masoquista. El primer tipo que me llama la atención y está más que comprometido. Desde que llega hasta que se va habla de su Moritas, creo que ya la conozco mejor que él de tanto que la ha nombrado.
—Deja de beber que mañana debes viajar temprano, me dijiste que te detuviera cuando fuera necesario y creo que ya lo es.
—Una más y te juro que me voy.
—Nada de una más, James. Fue suficiente y si sigues así no te permitiré entrar más en mi bar—ese era Dom entrando con su flamante “amiga con ventaja” y mi mejor amiga Lucile.
—Déjalo ser, cariño. Además James es uno de tus mejores clientes si no es que el mejor que tienes en estos días.
—Gracias Lu, por tus maravillosas palabras, pero justo es con tu no novio con el que quiero hablar. Dominik ¿tienes un tiempo para darme?
—Si, claro, James, pero yo me llevo tu botella de whisky, unqa copita le vendría bien a este humilde caball