Cap. 12 Tienes razón
Al día siguiente, en la torre de Bianchi Tech, Dayana no fue tratada como la esposa decorativa. Ares la puso en una sala de conferencias con pantallas que mostraban flujos de dinero, contratos y comunicaciones internas.
—Esto —dijo, señalando una cascada de transferencias a una fundación con el nombre de Bárbara— es a lo que mi madre llama "filantropía". Y esto —cambiando a unos emails entre abogados— es el "acuerdo" que tienen para declararte incapaz si firmas esos papeles de conciliación. Tu primer trabajo es encontrar la inconsistencia. Buena suerte.
Por las noches, en casa de Felicia, el "Cuartel General de la Resistencia" funcionaba a toda máquina. Con la información que Dayana obtenía, Elsa y Valeria Stern cruzaban datos.
—Si lo que dice Ares es verdad, y tú no retiraste la denuncia, solo la congelaron —dijo Valeria, sus ojos brillando—, tenemos un caso. Pero necesitamos un testigo de lo que pasó ese día, aparte de ti. ¿Una empleada? ¿El conductor? Piensa, Dayana.
En su segundo