Cap. 13 Claro que sí
La reunión fue breve y letal. Dulce, desesperada y con el embarazo avanzado, había exigido ver a Ares. Su elegancia habitual se había resquebrajado, dejando al descubierto el pánico.
—Ares, todo lo he hecho por ti —suplicó, con lágrimas de rabia.
—El bebé. Quedarme callada. Aguantar el desprecio de todos. Me dijiste que te divorciarías de Dayana, que solo esperabas a que estuviera menos frágil después de la pérdida… Pero ahora es mi hijo el que está en peligro. ¡Nuestro hijo!
Ares la observó con una calma que era más aterradora que cualquier grito. No ofreció un consuelo, ni una caricia. Era un ejecutivo evaluando una queja.
—Dulce, el niño va a estar a salvo. Eso te lo garantizo —dijo, con una voz tan plana que heló la sangre.
—Y ahora, con la condición de Dayana, el divorcio es imposible. Dejemos que nazca el bebé. Ya aclararemos todo… después.
El "después" sonó a un abismo. Dulce palideció. En ese momento, todas sus inseguridades, todos los susurros de su corazón, convergieron en u