El sonido del teclado era lo único que rompía el silencio en la habitación. Leo tenía la puerta entreabierta, los auriculares puestos pero sin música, solo por si alguien pasaba y preguntaba. En la pantalla, una página tras otra se deslizaba con lentitud. Artículos de periódicos viejos, foros olvidados, menciones breves y ambiguas… Pero nada concreto. Nada que dijera realmente quién había sido Víctor Del Valle.
Un nombre que debería pertenecer al pasado, pero que ahora resonaba en sus venas como un eco. Leo pensaba en eso mientras pasaba el cursor sobre un enlace oculto en la tercera página de resultados: “El Clan Del Valle: crónica de un imperio invisible”. Hizo clic con la respiración contenida.
El artículo