CAPÍTULO 24
Esa noche sabíamos todos que se acercaba la primera fiesta de presentación de todos los postulantes y teníamos la libertad de lucir los vestidos que nosotros queríamos. Creo que, en eso, el bisabuelo había considerado la piedad.
Cornet Queen era familiar mío y aun así no habíamos tenido contacto desde que llegué y eso me tenía un poco mal porque eso le daba la razón a mi madre.
Mis abuelos no tenían contacto conmigo y menos un bisabuelo que solo había visto en el retrato del primer piso.
Aquella noche parecía de terror. El cielo partía en lluvia. Me vi a mi misma, cruzada de brazos, en el reflejo del cristal de la ventana de mi habitación. La terraza se mojaba, al borde de inundarse, las plantas se agitaban y a la distancia pronunciados truenos azotaban las nubes grises y espesas.
—Señorita Benjamín, su vestido ya está listo—me dice María, una de las muchachas que se ocupaba de ajustar los corsé y realizar los peinados.
Me doy la vuelta y le sonrío.
—Gracias María.