Un cruel pueblo obliga a los jóvenes de 19 años a contraer matrimonio con personas de clases superiores. Emma no puede escapar de aquel cruel destino a pesar de que sus padres la han tenido oculta durante años para sacarla del pueblo. No lograron hacerlo, ahora Emma debera ser obligada a casarse con un extraño.
Ler maisSamuel lo piensa. Lo piensa. Lo asimila en la cama, lo medita en la ducha y lo repiensa en su habitación. Camina de un lado a otro. Debe salvarla ¿cómo va a permitir que su Elizabeth se case para siempre con una cucaracha como Eliot Slinder? Eso no debía ocurrir, ahora tenía en mente en que de verdad tendría que salvarla ya que ella se había visto obligada a casarse solo por el simple hecho de evitar que la exiliaran y ya.
La única forma de evitar un casamiento es la muerte de una persona de la pareja en cuestión. Samuel mira el arma como si la observara de más. El ser humano cuestiona siempre si debe hacer algo bueno o malo, lo piensa porque sabe que lo moral y ético que se inculca desde pequeño debe ser siempre respetado incluso cuando uno es grande, pero...siempre hay excepciones.
Se pone de pie y se marcha. Baja por las escaleras con paso lento, como si aún cuestionara lo que debe hacer. Silencia esa voz interior que intenta salvarlo a él de una locura, pero ¿quién se ha puesto a pensar en Elizabeth?¡Nadie! Ella debe ser salvada de ese matrimonio maldito. Porque sabe perfectamente que ella lo ama a él y punto. Siempre fue así. Sus familias sabían que tarde o temprano ellos terminarían juntos. Serian unos multimillonarios. Serian la pareja perfecta para el pueblo de The Sun.
¿Ashton?¿Ashton Ecker? Aquel joven conde cada tanto merodea por los pasillos y las mujeres lo rodean como gatas en celo. Para llamar su atención, para mirarlo a la distancia o simplemente calcular cuándo será el día en que su fortuna aumenta aún más de la que tiene.
Samuel siente envidia. No ha logrado que ninguna otra mujer lo mire como las jóvenes comen con la mirada al conde. La única que lo miraba así era Elizabeth. Su hermosa y perfecta Elizabeth.
Entonces los ve, Eliot está hablando con Ashton. Desconoce el motivo, no le interesa. No le importa. Solo le importa que Eliot ahora está de espalda hacia él. Llegando al último escalón de la escalera saca el arma del bolsillo de su chaqueta y apunta a la espalda de Eliot.
Pero Ashton lo ve. Ahora todo ocurre en cámara lenta. Ashton empuja a Eliot hacia un costado en un intento de salvarlo. Eliot cae al suelo, Ashton queda al descubierto y ahora nada tiene sentido.
La primera bala viaja directa a Ashton, exactamente al inicio de su brazo izquierdo. La segunda impacta en Eliot...pero la tercera, la última en llegar y con gran tardanza, va directo a la cabeza de Samuel .
Samuel entró en pánico. Asimiló en cuestión de segundos lo que acababa de hacer. Le importó un bledo dispararle a Eliot pero ¿al joven adinerado y poderoso Ecker?
Asesinarlo significaba años de cárcel y años de cárcel significaban estar lejos de Elizabeth y ser rechazado por ella. Por siempre y para siempre.
Ecker estaba en el suelo bañado de sangre y había caído al suelo. Eso fue el detonante, el ensordecimiento de los gritos aterrorizado de los presentes en el enorme salón para que Samuel decidiera quitarse la vida volándose la cabeza.
Una vida sin Elizabeth, eso es lo que pensó cuando Ecker terminó en el suelo junto a Eliot.Una vida sin ella, y con esas últimas palabras en su cabeza decidió dar el tiro final. Ese tiro en donde todo en su vida se esfumó. Ese tiro que provocó que su sistema se apagara poco a poco. Un ardor insoportable pero ya considerado como el final.
Era su último dolor, sus últimos sentidos corporales, sus últimos sonidos que ingresaban por su cabeza, la cual había sido torturada por un disparo. Un adiós hasta nunca más volver.
Las piernas de Samuel tiemblan y ya no cumplen la misma función que antes ya que, al apagarse causan que este caiga al suelo con los ojos abiertos y soltando un último aliento. Los gritos aumentan, pero él… simplemente él ya no los escucha.
El padre billonario de Dan Telesco tiene un portafolio con las mujeres más hermosas de la comunidad para que pueda elegir como esposa.El joven no sabe absolutamente que sus padres esperan un matrimonio arreglado para uno de sus hijos.Los Telesco han tenido tres maravillosos hijos, los primeros trillizos de The Moon, por lo que es una noticia maravillosa y oportunidad única para aquellos que tienen en la mira la fortuna de dicho apellido.Solo la mujer adecuada deberá casarse con un hombre Telesco y sabe Dios quién será la afortunada.Nadie espera que de la noche a la mañana tus padres te levanten de la casa debido a sus gritos en la planta baja.Fue una cuestión de segundos que mi cabeza empezara a sentir dolor.Sali de la cama al escuchar cómo la discusión se intensificaba porque papá ya no pretendía ser amable con mamá ni mucho menos ella con él.Bajé las escaleras con el pijama puesto y me frené en uno de los escalones al ver que él había apenas había ingresado a la casa.Había d
CAPÍTULO FINAL—Charlotte intentó chantajearme y lo consiguió—Emma le anuncia a su familia una vez en el sótano.Tanto Alay como Damian cruzan miradas. Theo está ausente y tampoco hay interés en tener dichas reuniones familiares porque está encaprichado en quedarse en el pueblo. Sus padres lo entienden, pero no se lo van a permitir.—Amenazó con delatarnos si intentábamos decirle a Sebastian que es su hermano—les cuenta Emma, con gran tristeza—. Yo amo a mi sobrina, pero si pone en peligro lo que tanto hemos planeado durante años…no voy a perdonárselo nunca.—No puedo creer que vamos a dejarla tener relaciones con Sebastian—Alay se lleva las manos a la cara, asqueada—. Dejarla con él es una locura, debemos decírselo, mamá.—Tarde o temprano la verdad se sabrá. No voy a ponernos en riesgo por un capricho de ella que ni siquiera entiendo, Alay.—No pienses en Charlotte, mamá. Piensa en Sebastian—insiste.—Nadie en este pueblo sabe que son hermanos. La única que lo sabia era Elizabeth y
Capítulo 28Me separé al instante de él, ruborizada y sin saber que decir. Me llevé los dedos a los labios, tocando dónde él había depositado los suyos y no paraba de sonreír, alegre, entusiasmado. Puse un brazo como barrera al notar que Sebastián se lo quería llevar por encima, colocando mí brazo en su abdomen.Lauter palideció al verlo y aquella alegría se vio remplazada por la ira.—¡No, maldición!—grité, al ver qué ambos pretendían molerse a golpes.—¡La secuestraste por un año maldito hijo de perra! —gritó Lauter, dandolé una trompada a la altura del ojo y haciendo que Sebastián cayera de bruces contra el suelo del aeropuerto.—¡No es lo que piensas!—le grité a Lauter, sacada de quicio, sentandomé en el suelo para corroborar que estuviera bien.El ojo se le estaba hinchando horrores.—¡Si, se la verdad, sólo que hace tiempo quería golpearlo!—exclamó Lauter, mirando sus nodillos rojos por el golpe y sacudiendo la mano.—Pedazo de imbécil criaste, Miriam. —se quejó Sebastián, ponié
—El señor Sebastián me pidió que le traiga estas prendas de ropa que él mismo ha comprado. Bertha era una mujer de cincuenta años, con un uniforme de color gris, al estilo institutriz, tenía el cabello canoso y unos ojos azules apagados. Ingresó en la habitación en la que estaba y dejó las prendas de ropa sobre el colchón. —Gracias, señora. —le dije, mientras miraba la montaña de ropa. ¿Sebastián eligiéndome la ropa?¿Es en serio? —¿Necesita algo más señorita? —me preguntó, con su voz firme y algo rasposa por el pasar de los años. —Que se tome el día libre, señora. Una mujer como usted debería estar descansando, no trabajando. La mujer se quedó de piedra, titubeando si decir algo al respecto o no. —Señorita, esas órdenes sólo las recibo del señor Sebastián. —No se preocupe, yo hablaré con él. Yo sé que él estará de acuerdo.—le sonreí y ella me devolvió la sonrisa, algo dudosa si lo que decía era verdad. —Hoy es domingo, iré a ver a mis nietos. —me dijo, entusiasmada. —Disfru
La chica.—¿No piensas decirme más nada? —le pregunté, mientras él continuaba comiendo su comida.—No. —¿Por qué?—Ya te he dicho suficiente. Hay que vivir el hoy, y nada más. Tomó su bandejita de plástico que contenía su comida y la lanzó al tacho de basura. Parecía molesto y verlo así me dejaba algo herida y no sabía por qué me afectaba tanto que me tratara así. Eso me puso algo tensa, no quería que ya nada me afectara.—Que egoísmo de tu parte por ocultarme la verdad. —le dije, con un hilo de voz mientras abría el grifo para servirme un vaso de agua.—¿Qué tipo de relación tienes con Sebastián y Lauter? Actualmente, claro. —me preguntó, como si le diera avergüenza hacerlo. Lo miré, en medio de la oscuridad y con sólo la luz de la calle ingresando, podía ver su silueta viril. Era demasiado alto y de un cuerpo bastante ejercitado, lo podía ver en sus venas que marcaban sus brazos, y me hacía sentir tan pequeña.—Si te refieres con respecto a mis relaciones sexuales, he cortado con
FINAL DEFINITIVO (ULTIMO CAPÍTULO) DE OBLIGADA A ODIARTE MIERCOLES 24 DE AGOSTO.Hasta que llegue la fecha, les regalo los capìtulos que faltan de la chica de la herencia, he notado que les ha gustado muchisimo y no quiero dejarlas con la intriga con esta historia también. Espero que la disfruten.Los que no se vean interesados en leer esta historia pueden esperar hasta el miercoles en donde se actualizara la novela de Obligada a odiarte :)La chicaLa clase de Literatura finalizó y nadie se atrevió a sentarse a mi lado, era la única chica del salón que no había logrado tener un compañero a su lado. Tampoco le había prestado atención a la clase, tenía la mirada perdida en aquella ventana del salón que daba al predio de la institución. Desde la muerte de mis padres no había logrado sonreír de manera genuina, tenía un vacío en el pecho que no tenía explicación. A veces, había imaginado cómo sería mi muerte y hasta desee ir con mis padres al cielo, si es que estuvieran allí. Sí, seguro s
Último capítulo