76. Una impactante revelación
— ¡Señora, por favor! ¡Es importante lo que voy a decirle!
Elizabeth miró a uno de los hombres que le desgraciaron la vida con odio profundo. Después alzó el rostro y observó a su hermano.
— Llévatelo de aquí.
— ¡Señora, yo pagaré por lo que hice! ¡Déjeme hablar con usted y luego aplíquenme el castigo que sé que merezco! — pidió sincero, consiguiendo que Elizabeth pasara un trago, lo pensara y terminara asintiendo.
— Bien, te escucharé.
— Beth… — advirtió Santos.
— Solo deja que hable y después que vengan por él.
Sin más remedio, su hermano asintió.
El hombre se incorporó, avergonzado, y se acercó a Elizabeth a la distancia que ella permitió.
— ¿Qué quieres?
— Señora… no sé qué cambie esto para usted, pero, es respecto a lo que pasó hace años — cuando mencionó aquello, los horribles recuerdos asaltaron a una Elizabeth que hizo un increíble esfuerzo por apartarlos —. Y quiero decirle que estoy profundamente arrepentido, y que enfrentaré a la justicia por el daño irremediable q