58. ¿Quién dijo que el bebé se irá de aquí?
Más días pasaron y ella se recuperaba con increíble rapidez. Parecía haber florecido. Su belleza se había transformado y ya no era la misma, pues aquella nueva etapa de su vida definitivamente le había sentado de maravilla.
Él no pudo evitar notarlo, y a pesar de que había puesto una enorme barrera entre ellos y procuraba evitarla todo el tiempo, por las noches era distinto. Asaltaba su habitación cuando la sabía dormida y la contemplaba como un idiota por horas interminables.
Entre las seis y siete de la noche, que era cuando ella iba a su habitación para ducharse y cambiarse de ropa, él aprovechaba para pasar tiempo con el pequeño; de resto, era ella quien acaparaba todas las horas.
Matilde había sido de gran ayuda. Las mujeres de su familia también. Estaban fascinadas con el bebé y lo visitaban a diario. Ana Paula nunca se mostró egoísta o recelosa, incluso, algunas veces, él la escuchaba reír de cualquier cosa con su hermana, abuela y madre.
Por otro lado, el vínculo y la conex