Gino sonrió al ver la cantidad de gente reunida en casa de sus padres. Entre los familiares de su padre y los de su madre sumaban unas veinte personas, y además estaban todos los empleados del taller, a quienes también había invitado. Para él, eran tan parte del proyecto como él mismo. Sin su trabajo duro, le habría costado mucho más llegar hasta ese momento.
Su madre había organizado una barbacoa al aire libre, todo estaba pensado para que los invitados se sintieran cómodos y pudieran disfrutar de una tarde tranquila y agradable. La atmósfera era relajada, con una música suave de fondo y el sonido de las conversaciones fluyendo sin esfuerzo.
Había un par de mesas largas a los lados del jardín y sobre ellas se ofrecía una variedad de bebidas y bocadillos de todo tipo. Para asegurarse de que todo estuviera en su punto, su padre había contratado a un equipo de profesionales para que se encargaran de la parrilla.
Su mirada se desvió en busca de Greta mientras asentía en automático a lo q