—¡No hables de esa manera ni menciones a Sharon así! No es cualquier mujer. Es más, mucho más—sentenció, más para sí y para su propio entendimiento que para Jace, quien se percató.
—Bueno, bueno, bueno—el bastardo curvó su boca— Parece que alguien también desarrolló sentimientos. Veo que mi primera impresión fue equivocada.
—Sharon es especial. Vivimos momentos hermosos—continuó.
—Y por lo que entendí, pretendías continuar viviéndolos—agregó.
—Lo comprenderías mejor si estuvieras en mi lugar.
—He estado en el lugar de otro, lastimosamente. Y se parece mucho más al de Sharon que al tuyo—el dejo en la voz de Jace se hizo profundo y dolido.
Aidan hizo una mueca. Recordaba que el desengaño del amor había golpeado a su hermano a temprana edad y nunca se había recuperado de la estafa emocional a la que había sido sometido.
.
—No es lo mismo. No quiero engañar a Sharon ni tomar de ella más de lo que quiera darme.
—Deberías atender a sus palabras. Esa mujer se enamoró de ti y si le pides vivi