Era real que le pegaba en su orgullo la falta de sinceridad y la infidelidad. Que le montaran los cuernos no era bonito para la vanidad de un hombre. Pero tampoco era el fin del mundo ni mucho menos. Summer no era más que un momento de sexo largo y extendido en el tiempo por comodidad. Algo que ella debería agradecer. Esto era el boleto de salida para esa perra gastadora.
—Bien, esta será una manera limpia de obtener de vuelta mi tarjeta dorada—sentenció.
—No pareces afectado y eso me alivia. Pensé que te golpearía más— Dax lo observó con curiosidad.
—Dudábamos de tu reacción, hermano—agregó Steven—. No has dejado de dar vueltas alrededor de esa mujer por un buen tiempo.
—Demasiado, sí. La manera fácil y rápida de obtener un polvo.
—Dudo que fuera uno bueno.
—Regular.
—Igual, creí que lo asumirías de mala forma y.…—el sonido de unos tacones interrumpió a Steven y los tres dieron la vuelta para ver a quien ingresaba.
Decir que sus amigos quedaron de boca abierta era poco.
—Si me permit