Y no lo hizo. Cuando debió subir al pequeño estrado para agradecer y explicar su motivación y el espíritu de su colección, lo hizo con la solvencia y la soltura de quien ha sabido por años cuáles eran sus sueños:
—Estos diseños que hoy ven la luz y todos los que vendrán son para mujeres que, como yo, necesitan sentirse bellas. Mujeres qué necesitan saber que son hermosas, a su modo único e intransferible, y que están ansiosas de vestir de esa forma. Con indumentaria que las haga sentir sexys, cómodas, que explote y potencie sus siluetas. Mujeres que no temen lucir sus curvas, que se enorgullecen de ellas y no se esconden. Que usan colores, que van por lo atrevido, lo casual o lo formal.
Agradeció a todos los que la acompañaban, en especial a Tina y Sharon, a la empresa madrina y elevó una oración a su tía. Sonrió ante el rotundo aplauso y luego charló y volvió a mostrarse amable y agradecida con quienes se acercaron a felicitarla.
Así por dos horas, que se le hicieron cortas. ¿Cómo n