Raptada.
—Carlota tiene razón, mi León. —Escucho a Sol volver hablar luego de permanecer en silencio todo el día. —Lo increíble es lo bien que eso me hace sentir; mate Brenda y eso me hace feliz, en verdad soy un ser oscuro.—Volvio rodearla con sus brazos una vez encendió la lámpara de la habitación. Quería ver su expresión.
—No te dejes perturbar por Carlota, además ya no te volvera agredir con su cizaña. Mañana mismo se marcha de la mansión. —Le dijo sin tomar aire, incluso sintiéndose responsable del mal momento que paso la futura madre de su pequeño demonio. Carlota vivía amargada por su propia realidad de bruja despreciada...al igual que muchas había pasado por su cama. Pero a ella solo le tocó una vez, era del tipo de identidad que le deja un amargo exasperante en el paladar a los demonios. Claro. La primera y única vez que se la cogió no sabía que se trataba de una bruja hiedra...casi escupe al recordar su esencia amarga recorriendo su garganta.
Por suerte Sol interrumpió el recuerdo r