Elegí quedarme, tal cual Dorian quería, solo mientras mi recuperación se completará. Entonces saldría de esa casa directo al aeropuerto más cercano y volaría de regreso a mí país. Me quedé, pero también elegí mantenerme alerta y no confiar ciegamente en él. Después de todo, ¿realmente era un hombre de palabra, no un mentiroso? ¿En verdad podría confiar en que me permitiría marcharme sin más?
Él aseguraba que hacía todo eso por agradecimiento a que yo lo había salvado, ¿pero se refería solo lo que pasó en el bar? ¿Había un trasfondo en sus atenciones? ¿Qué tal sí estaba frente a un sucio jugador?
Al día que siguió a mi inútil intento de escapar por la ventana de la cocina, Dorian salió de casa y volvió con su médico de cabecera. Tuve un examen minucioso por orden suya, hasta que el doctor descartó alguna lesión causada por mi caída en esa cocina. Sin embargo, me ordenó reposo por unos días debido a que mi pierna fracturada y enyesada había recibido algo de daño al caerme. Desde ese mome