¿Qué había pasado?
¿Los cuatro se habían encontrado afuera y hasta discutido?
Carlos llevaba una caja de comida en la mano.
En cuanto entró, se dirigió directamente hacia Camila.
Javier me miró un instante, dudó dos segundos y luego lo siguió hacia donde estaba Camila.
Dejé de mirar y enseguida choqué con la mirada seria y dominante de Mateo.
Seguí su mirada y vi que estaba frente a Samuel.
Samuel era un hombre reservado.
Lo miró unos segundos, sin expresión, y luego miró a Alan.
En ese momento, Alan arrastraba una silla y colocaba sobre ella la comida que había traído.
Era un banquete: carne, verduras y pastas.
En especial, había espagueti a la carbonara de un restaurante famoso en Ruitalia, que abría el apetito con solo olerlo.
Hasta Samuel se dejó seducir por la comida.
Le dijo directamente a Alan:
—Esa comida, dame la mitad.
Alan abrió los ojos, como si no pudiera creer semejante descaro.
Después de dos segundos, respondió:
—Es poquito. Si quieres comer, ve a comprarla tú.
Con el m