Capítulo 889
Apenas terminé de hablar, sentí de inmediato cómo la mirada de Mateo hacia mí se volvía seria.

En cambio, Carlos estaba lleno de alegría:

—Por supuesto que no me importa.

Emocionado, bajó del auto, me tomó por los hombros y dijo:

—Aurorita, por fin aceptas quedarte en mi casa. Qué bien, no digas solo dos días, puedes quedarte el tiempo que quieras.

Yo aparté su mano y, de reojo, miré a Camila:

—A ti no te molesta, pero creo que a alguien más sí.

El cuerpo de Carlos se tensó, como si recién recordara a Camila.

Se mordió los labios y miró hacia el auto.

Camila, secándose las lágrimas, me sonrió:

—Claro que no me molesta. Aurorita, al fin y al cabo, serás mi familia. Si vienes a vivir a nuestra casa, te recibiré con gusto. Y también a mis dos adorables sobrinos. Me encantaría que vinieran contigo.

Carlos asintió de inmediato, aliviado y feliz:

—¿Lo ves? Camila tampoco se molesta. Ella misma lo dijo, que traigas también a los niños. Así que ven con ellos, yo me encargo de prepararles algo
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP