Me quedé impactada, con los ojos llenos de lágrimas, mirando a Mateo:
—¿Qué buena noticia?
En estos días solo habían pasado cosas malas, ni siquiera pensaba que era posible que hubiera una noticia buena.
Mateo me limpió las lágrimas con ternura y respondió en voz baja:
—Hoy al mediodía, el doctor me llamó. Me avisó que encontraron un donante compatible para mi mamá.
—¿De verdad?
Lo miré, sorprendida.
Esa sí era una buena noticia.
Mateo asintió:
—Ya lo confirmé. El donante es compatible con mi mamá en más del noventa por ciento, incluso mejor que cuando pensaron en Logan como posible donante en su momento.
—¿Y para cuándo está la cirugía? —pregunté con ansiedad.
Los doctores habían dicho que a su mamá solo le quedaba un mes.
Mateo contestó con seriedad:
—En más o menos una semana. Primero le van a poner antibióticos para evitar infecciones y dejar su cuerpo lo mejor posible para la operación.
Asentí:
—No debería haber problema. La medicina ha avanzado mucho, seguro todo saldrá bien. Tu