Pero... ¿cómo podía ser así?
La ceremonia de clausura de la película ya se había hecho. Valerie también me dijo que se estrenaría en estos días. ¿Cómo puede ser que ahora no se vaya a estrenar?
¿Qué demonios había pasado?
Mientras la duda me daba vueltas en la cabeza, Mateo colgó y se giró hacia la cama.
Nuestras miradas se cruzaron por casualidad.
Mi corazón dio un salto. Aparté la mirada y me senté, abrazando la sábana.
Él se acercó, hablando con tono indiferente:
—¿Despierta?
—Ajám.
Todavía me dolía el cuerpo, y tenía la garganta seca.
Bajé la mirada y vi enseguida las marcas de anoche en mi pecho.
Irritada, subí la sábana para cubrirme. Justo iba a preguntarle por la película...
Pero antes de que pudiera decir nada, Mateo suspiró y se fue al baño sin más.
Abrí la boca para hablarle, pero no dije nada.
La puerta del baño se cerró y al instante comenzó a sonar el agua.
Apreté los labios, tomé la bata que estaba al lado de la cama y me lo puse.
Cuando puse los pies en la alfombra, las