Capítulo 438
Pero todas mis mentiras… eran cosas pequeñas, sin importancia. No cambiaban nada en su vida. ¿Por qué enojarse tanto?

Su mano bajó despacio de mi barbilla a mi cuello.

En un segundo, sentí su palma cerrándose. Con solo un poco más de fuerza podría matarme ahí mismo.

Me miraba de frente, con los ojos llenos de rabia, tristeza y decepción.

—¿Qué me prometiste… antes de que me fuera de tu casa anteayer? —preguntó.

Apreté los labios y no contesté.

Él sonrió, y se notaba que era de la rabia:

—Dijiste que ibas a esperarme, que me ibas a preguntar qué quería cenar, que ibas a comprar los ingredientes, que ibas a cocinar para mí.

—Je… Aurora, en serio, naciste para mentir. Te sale tan fácil…

Respondí con voz débil:

—Nadie puede pasar toda la vida sin mentir. Sí, te mentí algunas veces… pero, ¿de verdad fueron tan graves?

—¿Tú qué crees?

Su risa fue áspera, como si quisiera asustarme con ella.

—Cualquiera puede mentirme. Me da igual. Pero tú… tú no puedes.

—¿Por qué?

—¿Por qué? ¿Por qué…? —se b
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