Capítulo 374
Mateo me llevó en brazos hasta la bañera.

El agua tibia cubrió mi piel. Sentí el calor abrazar todo mi cuerpo, y al fin el cansancio y la debilidad se empezaron a ir un poco.

Mateo me miraba fijo desde un costado.

Todo mi cuerpo estaba a la vista.

Miré hacia la pared y dije:

—Quiero agua.

El tipo, para mi sorpresa, obedeció sin decir nada. Se levantó al instante para ir a buscarla, igualito al Mateo de hace tres años.

Me trajo el agua y me dio el vaso.

Pero ni fuerzas tenía para levantar la mano.

Así que él simplemente acercó el vaso a mis labios y murmuró:

—Mejor te la doy yo.

Abrí la boca sin protestar. Me la fue dando de a poco, y me tomó un buen rato terminar el vaso.

El baño caliente me alivió bastante y hasta me devolvió un poco de claridad en la cabeza.

Cuando terminé, me recosté en la bañera y cerré los ojos, más tranquila.

Pero no podía dejar de sentir la mirada penetrante de Mateo sobre mí.

Abrí los ojos despacio, y sí, ahí estaban sus ojos oscuros fijos en mí.

Me lamí los la
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