No me quedé mucho tiempo allí. Ordené a los guardaespaldas que vigilaran todo bien y me fui.
Esos días había usado como excusa que salía a visitar a Valerie.
Para evitar que Camila mandara a alguien a la casa de Alan a verificar si de verdad fui a ver a Valerie, antes de regresar todavía pasé un rato acompañándola.
Esa vez Alan no estaba en casa, y Mateo tampoco había ido.
En la casa solo estaban Chloe y Zella.
Ellas no me guardaban rencor; cuando llegué, me recibieron con gusto e incluso me sirvieron sopa caliente.
Aunque Zella estaba un poco decaída.
Me dijo que tenía miedo de que Valerie no despertara y que, si Valerie no despertaba nunca, ella tampoco podría seguir viviendo.
Yo traté de consolarla diciéndole cosas positivas, mientras pensaba que tenía que presionar a Javier para que contactara cuanto antes al profesor de medicina.
Después de estar allí dos horas, por fin conduje de vuelta a la casa de Carlos.
No sabía si Camila ya había regresado.
Cuando recordé lo que esa mujer ha