Cuando Javier me lo preguntó con ese tono frío, Camila simplemente sonrió con suficiencia.No solo no podía ver que yo estaba con Mateo, tampoco podía soportar que yo estuviera con su hermano.
Para ella tanto Mateo como Javier le pertenecían.
Incluso con mi hermano Carlos, tampoco podía tolerar que Carlos me tratara bien.
Este tipo de persona tenía la mente tan distorsionada que ya rozaba lo enfermizo.
Viendo que no respondía, Camila se burló:
—Vamos, Aurora, mi hermano te está preguntando, ¿por qué no respondes? ¿No sabes qué decir, o estás sintiendo culpa?
Carlos le tomó del brazo, pidiéndole que dejara de avivar el fuego, pero claramente no surtió mucho efecto.
Camila se rio con desprecio:
—No hace falta que hables, hoy definitivamente fuiste a verte con Mateo. Ja, ja, ja, y todavía dices que fuiste a divorciarte. Mi tonto hermano, solo tú le crees a sus mentiras. Siempre te lo dije, ella solo quiere a Mateo, no lo va a dejar para estar contigo. Y tú te sigues engañando.
Javier no le