Me quedé paralizada. ¿Camila había ido directo a buscar a Mateo?
¿Quería comprobar si de verdad me había distanciado de él?
Desde que nos separamos, el dolor se le notaba en la cara.
Con esto, Camila debía haber disipado por completo sus sospechas de que Mateo y yo todavía seguíamos aliados.
—Esa Camila está desquiciada —gruñó Alan por el teléfono.
—Sabía perfectamente que Mateo estaba mal, que estaba destrozado, ¡y aun así fue a provocarlo! Ella le dice que la persona que amabas en realidad era su hermano todo el tiempo, que solo estabas usando a Mateo, que nunca lo amaste en serio. Te llamó superficial, interesada… Y aunque Mateo nunca ha sido de levantarle la mano a una mujer, esta vez casi la mata de un golpe…
Sentí un estremecimiento recorrerme el cuerpo.
¿Mateo casi mata a Camila?
Antes de que pudiera reaccionar, Alan siguió gritando, furioso:
—Si no fuera porque ese idiota de Carlos se metió, quién sabe si Camila no habría acabado en el hospital. ¡Qué par de locos los dos! Ella