Capítulo 1172
De repente, un agudo grito de terror retumbó en el patio.

Era la voz de Embi.

Se me detuvo el corazón un segundo y salí corriendo sin pensarlo. En cuanto llegué a la puerta una sombra negra y enorme saltó frente a mí.

Me quedé paralizada: era un mastín tibetano. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

Embi, mi Embi... Miré a mi alrededor, desesperada. El patio era un caos.

El animal era tan grande y feroz que ni los guardaespaldas se atrevían a acercarse demasiado, y solo intentaban ahuyentarlo con las armas que llevaban.

Seguí los sollozos asustados de Embi y por fin los vi: los dos niños estaban detrás de los guardaespaldas.

Embi estaba en el suelo, pálida del miedo, y Luki la cubría con su cuerpo. La miraba con la cara tensa mientras vigilaba al mastín que les enseñaba los dientes.

Corrí hacia ellos. Con una mano cubrí a Luki y con la otra alcé a Embi en brazos.

—¿Están bien? ¿Se lastimaron? ¡Rápido, díganme si están heridos! —temblaba mientras preguntaba.

—Mami, mami...

Embi abrazaba
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP