Capítulo 451
Por suerte, el celular de Mateo sonó justo a tiempo. Se apartó unos pasos para contestar, como si no hubiera notado el tema de nuestra charla.

Yo suspiré de alivio, sintiendo la espalda mojada de puro sudor.

Valerie reaccionó en seguida. Se tapó la boca y me miró con una sonrisa incómoda.

Le hice una seña para que tuviera más cuidado.

Ella lo entendió de inmediato y asintió rápido, como diciendo que sí.

Mientras tanto, la llamada de Mateo acabó con un breve “cuando termine la ceremonia de clausura, iré a verte”.

Por la voz baja y suave, supe al instante que era Camila quien llamaba.

Sabía bien que él la amaba, pero escuchar la dulzura con la que le hablaba siempre me dejaba una punzada de celos y tristeza.

Colgó, y de inmediato me miró con esos ojos intensos:

—¿De qué hablaban? Creo que escuché la palabra “bebé”. ¿Cuál es el bebé?

Un escalofrío me subió por la espalda. No tenía ni idea de cómo ocultarlo.

Valerie saltó de inmediato:

—¡Es mi perrita! Se llama Coco, es mi bebé. Como estuv
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