Yestin se queda en shock al oír esa pregunta. No dice nada por unos segundos. No se dejará intimidar por él.
—No sé de lo que hablas, yo no fui a ninguna farmacia —mintió Yes sin poner expresión alguna.
Castiel sonríe ante esa respuesta. Sin embargo, ella, al ver esa expresión, le hace helar la sangre. Porque hay un toque de oscuridad y locura en ella.
—¿Crees que soy tonto? No eres la primera mujer en intentar engañarme —dijo Castiel sin dejar de verla. —¡¿Y dime de una puta vez qué fue lo que compraste?!
—Que la mujer de la farmacia no te dijo —dijo Yestin sin dejar de desafiarlo Además, necesita saber qué le dijo esa mujer para saber cómo actuar.
—¿Crees que le creo a esa mujer? Además, la muy necia no me quiso decir lo que compraste, según por confidencialidad con sus compradores —añadió Castiel. —Pero no sé, algo me dice que ustedes se supieron de acuerdo. Estoy seguro de que compraste alguno que no debías y no vengas con tus cuentos de que era una pastilla para la re