Capítulo 3: Inmenso dolor

Los párpados de Thiago se van cayendo, ya está empezando a sentir ese témpano de hielo que le transmite Renata, ella se marcha llorando, para él es frustrante ser tan ignorado por ella, le da rabia pensar que sería distinta con su hermano Gael, Thiago da zancadas impaciente y llega a la recepción, por cada lado que mueve su mirada solo observa personas dobles, que únicamente le sonríen cuando lo tienen cerca, está en un mundo donde hasta su mismo hermano resultó siendo un enemigo. 

Suena la canción que Gael había escogido, Thiago aprieta su mano de la impotencia, todos lo voltean a ver y él se va acercando a Renata, estira su mano y ella se coloca de pie dejándolo en ridículo, se dirigen hacia la pista de baile, ella se separa y él empuja su cuerpo para que ni la respiración logre escapar, por primera vez la mujer que cada noche aparece en sus sueños ya es una realidad, si él quisiera la podría palpar con sus manos. 

La rustica mano de Thiago se va suavizando, todo es al rozar la espalda de Renata, aunque ella se está estremeciendo, prefiere fingir siendo tosca, su corazón está que estalla de emoción, ya que tendrá la felicidad que tanto merece, algo que por nada del mundo lo piensa ocultar, no le interesa que tan mal pueda reaccionar su hermano Gael.

Cada estrofa es un empujón que siente Thiago, pero se está encargando de que ella siempre que la escuche lo recuerde a él, con gracia le da unos giros a Renata hasta regresar a sus brazos, la sonrisa de Thiago cada vez es más resplandeciente; la canción termina y de inmediato Renata se va, él la persigue para hacerle las advertencias que se estaba tragando, pero ya no aguanta se las escupe como sea. 

Renata camina hasta la terraza, ella lanza la puerta y las manos de Thiago la detienen, él con su fuerza entra y su rostro está bastante rojo. 

—No estoy para aguantar estas pataletas, porque lo que es usted es una muchachita rebelde Renata, no quiero que sufra, usted sabe muy bien que siempre he estado enamorado, pero claramente para la señorita era el hombre más invisible, ya estoy soltando todo porque pasar sin masticar me convirtio el corazón en lo más cruel que puede existir, de usted misma depende si transforma todo en amor, quizá le gustara más vivir el infierno que ofrezco si no me lleva la corriente. —Thiago parpadea y una lágrima le sale, él es de los hombres que jamás llora, pero ella lo saca de su zona de comodidad. 

—¿No se supone que el amor no es egoísta? —La boca de Renata se llena de agua, luego de decirle eso a él. 

—¡Pues este lo será! Ya toda esta ridiculez terminará, para que sepa bien Renata con quien no se juega —Thiago grita muy fuerte, regresa a la reunión y apaga la música, hasta Luciano abre sus ojos del asombro, a la única persona que le agrada eso es a la madre de Renata, ella aun cuando demuestra tragedia por dentro no deja de reír, ya que es un triunfo que le está llegando. 

—¿Pensaba qué aparentar era seguir con todo y no parar de sonreír? —Renata se da unas cuantas carcajadas, todas con sarcasmo, Thiago la agarra de la cintura hasta alzarla sobre sus brazos, ella patalea, pero él continúa ignorando toda la rezongadera que le sale a ella, imaginaba cargarla, pero para la luna de miel, pero evidentemente ella no acepta tener una. 

—Los planes cambiaron, no soy el absurdo de mi hermano. —Thiago abre la puerta de su auto y mete a Renata, él se sube y cuando ella intenta abrir para salir, la puerta está con seguro. 

—¡Cretino! ¡Ushhh! —Renata estira sus manos y con ellas cubre su rostro, todo para escapar unos cuantos segundos, mientras que Thiago no deja de conducir muy rápido, llegan a una casa inmensa y lejana, se bajan del auto y entran, ella mira hacia alrededor y niega con su cabeza. 

—Se supone que estaríamos con mis papás ¿Thiago esto qué significa? —Renata pasa su mano por la frente, estar sola con él le da pánico. 

—¿Suele ser así de ingenua Renata? Le explicaré, el cambio fue total porque en nada me parezco a mi hermano, para mí será más interesante que nadie se meta en nuestra relación. —Thiago ya se plasma en su mente una familia, él quiere ser padre únicamente si es con la mujer que ama. 

—Pero todo es mentira —Renata dice asustada, Thiago intenta solo escuchar lo que le conviene, para no amargar su dicha. 

—Este es nuestro nido de amor Renata, empezaré con unas cortas condiciones son sencillas, aquí solo mando yo por el momento, así que para que usted pueda salir, obviamente tendrá que ser con mi compañía eso es lo que implica ser una mujer casada, los permisos serán otorgados según como sean cumplidas las obligaciones de esposa, yo no soy como mi hermano que solo la quería para diversión, en cambio yo simplemente busco amarla. —Thiago le muestra la recamara que van a compartir, Renata se quita el velo y lo lanza lejos, ella mira por la ventana, aceptando que por complacer a sus padres perdió completamente su libertad. 

Ella da la vuelta y por más de que corre, no alcanza a llegar Thiago la deja encerrada, él se queda sentado sobre la alfombra recostado en el suelo, intentando escuchar las reacciones que tendrá Renata luego de enterarse de más cosas.

Renata golpea en la puerta con los puños de sus manos, pero ni un solo sonido hay aparte de los gritos que ella misma hace, busca por todo lado haber si hay alguna llave por ahí escondida, sin embargo, no hay nada ella se da cuenta que él todo lo tenía muy bien planeado. 

Sobre la cama hay unas hojas tiradas, a Renata le entra mucha curiosidad, se le hace eso muy conocido, como si fuesen los documentos que firmó mientras se colocaba la soga al cuello, ella lo agarra y sin dudarlo empieza a leer con su voz alta. 

—“Contrato matrimonial, válido por dos años en el que yo no podré serle infiel por ninguna razón”, es un miserable como puedo permanecer con un monstruo porque eso es para mi Thiago, supongo que él sí podrá revolcarse con la que desee, ¿Qué? Tengo que darle un hijo, como carajos podré entregarme completamente eso es imposible, este tipo no tiene límites me va obligar a quedarme a su lado, para no perder al bebe que vaya a tener, esto nunca terminará, lo peor de todo no olvidar actuar como una mujer enamorada.

Renata se desvanece sobre el suelo, ella sin saberlo está contra la espalda de Thiago los dos están desgarrados de dolor, Thiago respira profundo antes de hablar entiende que ella lo esta detestando más que antes. 

—¿Renata está ahí? —Thiago está ya con sus manos sudorosas, ella no le responde, sin embargo, solo le salen lamentos. 

Thiago se recuesta sobre la puerta, mientras está seguro que solo ella lo amará a él.

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