Los párpados de Thiago se van cayendo, ya está empezando a sentir ese témpano de hielo que le transmite Renata, ella se marcha llorando, para él es frustrante ser tan ignorado por ella, le da rabia pensar que sería distinta con su hermano Gael, Thiago da zancadas impaciente y llega a la recepción, por cada lado que mueve su mirada solo observa personas dobles, que únicamente le sonríen cuando lo tienen cerca, está en un mundo donde hasta su mismo hermano resultó siendo un enemigo.
Suena la canción que Gael había escogido, Thiago aprieta su mano de la impotencia, todos lo voltean a ver y él se va acercando a Renata, estira su mano y ella se coloca de pie dejándolo en ridículo, se dirigen hacia la pista de baile, ella se separa y él empuja su cuerpo para que ni la respiración logre escapar, por primera vez la mujer que cada noche aparece en sus sueños ya es una realidad, si él quisiera la podría palpar con sus manos.
La rustica mano de Thiago se va suavizando, todo es al rozar la espalda de Renata, aunque ella se está estremeciendo, prefiere fingir siendo tosca, su corazón está que estalla de emoción, ya que tendrá la felicidad que tanto merece, algo que por nada del mundo lo piensa ocultar, no le interesa que tan mal pueda reaccionar su hermano Gael.
Cada estrofa es un empujón que siente Thiago, pero se está encargando de que ella siempre que la escuche lo recuerde a él, con gracia le da unos giros a Renata hasta regresar a sus brazos, la sonrisa de Thiago cada vez es más resplandeciente; la canción termina y de inmediato Renata se va, él la persigue para hacerle las advertencias que se estaba tragando, pero ya no aguanta se las escupe como sea.
Renata camina hasta la terraza, ella lanza la puerta y las manos de Thiago la detienen, él con su fuerza entra y su rostro está bastante rojo.
—No estoy para aguantar estas pataletas, porque lo que es usted es una muchachita rebelde Renata, no quiero que sufra, usted sabe muy bien que siempre he estado enamorado, pero claramente para la señorita era el hombre más invisible, ya estoy soltando todo porque pasar sin masticar me convirtio el corazón en lo más cruel que puede existir, de usted misma depende si transforma todo en amor, quizá le gustara más vivir el infierno que ofrezco si no me lleva la corriente. —Thiago parpadea y una lágrima le sale, él es de los hombres que jamás llora, pero ella lo saca de su zona de comodidad.
—¿No se supone que el amor no es egoísta? —La boca de Renata se llena de agua, luego de decirle eso a él.
—¡Pues este lo será! Ya toda esta ridiculez terminará, para que sepa bien Renata con quien no se juega —Thiago grita muy fuerte, regresa a la reunión y apaga la música, hasta Luciano abre sus ojos del asombro, a la única persona que le agrada eso es a la madre de Renata, ella aun cuando demuestra tragedia por dentro no deja de reír, ya que es un triunfo que le está llegando.
—¿Pensaba qué aparentar era seguir con todo y no parar de sonreír? —Renata se da unas cuantas carcajadas, todas con sarcasmo, Thiago la agarra de la cintura hasta alzarla sobre sus brazos, ella patalea, pero él continúa ignorando toda la rezongadera que le sale a ella, imaginaba cargarla, pero para la luna de miel, pero evidentemente ella no acepta tener una.
—Los planes cambiaron, no soy el absurdo de mi hermano. —Thiago abre la puerta de su auto y mete a Renata, él se sube y cuando ella intenta abrir para salir, la puerta está con seguro.
—¡Cretino! ¡Ushhh! —Renata estira sus manos y con ellas cubre su rostro, todo para escapar unos cuantos segundos, mientras que Thiago no deja de conducir muy rápido, llegan a una casa inmensa y lejana, se bajan del auto y entran, ella mira hacia alrededor y niega con su cabeza.
—Se supone que estaríamos con mis papás ¿Thiago esto qué significa? —Renata pasa su mano por la frente, estar sola con él le da pánico.
—¿Suele ser así de ingenua Renata? Le explicaré, el cambio fue total porque en nada me parezco a mi hermano, para mí será más interesante que nadie se meta en nuestra relación. —Thiago ya se plasma en su mente una familia, él quiere ser padre únicamente si es con la mujer que ama.
—Pero todo es mentira —Renata dice asustada, Thiago intenta solo escuchar lo que le conviene, para no amargar su dicha.
—Este es nuestro nido de amor Renata, empezaré con unas cortas condiciones son sencillas, aquí solo mando yo por el momento, así que para que usted pueda salir, obviamente tendrá que ser con mi compañía eso es lo que implica ser una mujer casada, los permisos serán otorgados según como sean cumplidas las obligaciones de esposa, yo no soy como mi hermano que solo la quería para diversión, en cambio yo simplemente busco amarla. —Thiago le muestra la recamara que van a compartir, Renata se quita el velo y lo lanza lejos, ella mira por la ventana, aceptando que por complacer a sus padres perdió completamente su libertad.
Ella da la vuelta y por más de que corre, no alcanza a llegar Thiago la deja encerrada, él se queda sentado sobre la alfombra recostado en el suelo, intentando escuchar las reacciones que tendrá Renata luego de enterarse de más cosas.
Renata golpea en la puerta con los puños de sus manos, pero ni un solo sonido hay aparte de los gritos que ella misma hace, busca por todo lado haber si hay alguna llave por ahí escondida, sin embargo, no hay nada ella se da cuenta que él todo lo tenía muy bien planeado.
Sobre la cama hay unas hojas tiradas, a Renata le entra mucha curiosidad, se le hace eso muy conocido, como si fuesen los documentos que firmó mientras se colocaba la soga al cuello, ella lo agarra y sin dudarlo empieza a leer con su voz alta.
—“Contrato matrimonial, válido por dos años en el que yo no podré serle infiel por ninguna razón”, es un miserable como puedo permanecer con un monstruo porque eso es para mi Thiago, supongo que él sí podrá revolcarse con la que desee, ¿Qué? Tengo que darle un hijo, como carajos podré entregarme completamente eso es imposible, este tipo no tiene límites me va obligar a quedarme a su lado, para no perder al bebe que vaya a tener, esto nunca terminará, lo peor de todo no olvidar actuar como una mujer enamorada.
Renata se desvanece sobre el suelo, ella sin saberlo está contra la espalda de Thiago los dos están desgarrados de dolor, Thiago respira profundo antes de hablar entiende que ella lo esta detestando más que antes.
—¿Renata está ahí? —Thiago está ya con sus manos sudorosas, ella no le responde, sin embargo, solo le salen lamentos.
Thiago se recuesta sobre la puerta, mientras está seguro que solo ella lo amará a él.
Thiago se quita la argolla de su mano, la aprieta con tanta fuerza perdiendo una gran parte de su razón, más desplantes no piensa permitirle a ella, él se coloca de pie y aunque sus ojos continúan vidriosos, con la manga de su camisa borra toda la sensibilidad. Thiago abre la puerta y nota que Renata ya no estaba tan cerca de él, ella está acurrucada sobre una esquina observando directamente a sus ojos. —¿Por qué me condena de esta manera? ¡Thiago responda! —ella dice con su voz pausada, todo lo que está viviendo la hace creer que está mucho más lejos de sus sueños, ya que si ella está condenada a sufrir eso mismo le ofrecerá a su esposo. —Sé que me agradecerá cuando se enamore, yo siempre obtengo lo que me propongo, espero que el proceso de convertirla en mujer no sea para nada largo, porque le juro Renata que estando a mi lado, dejará de ser una niñita consentida —él espeta con orgullo, Thiago levanta una de sus cejas, está que suplica que permanezca a su lado. Para Thiago es c
Los ojos de Thiago están tan rojos por el dolor que siente en su corazón, él se limpia con el pañuelo húmedo que carga en su bolsillo antes de entrar a el hogar que intenta construir, siente un silencio inmenso en el exterior, sin embargo, en su cabeza simplemente existen ruidos insoportables los cuales no lo dejan en paz, pero él continúa ignorandolos para lograr ser feliz. Thiago agarra una botella de licor, en el reflejo únicamente puede observar la imagen de Renata, lo que lo hace querer devorarse mucho más la bebida, para perder la conciencia por el inmenso dolor que está teniendo, solo maldice en su mente tener como hermano a Gael. Se siente vacío, puesto que Renata está tan cerca, pero con todas las barreras que impone le complica cada uno de sus planes, Thiago va agachando su cabeza para ocultar la frustración que siente en el momento, pero cada vez que recuerda a Gael su frente se le va arrugando, de tanto notar que lo prefieren a él. Un fuerte ruido suena, el cual mortifi
Renata sacude sus pestañas hasta abrir sus ojos completamente, ella se coloca de pie y sale de la recamara, percibe una fascinante fragancia que le entra por las fosas nasales y para nada le incomoda, ella baja cada escalón hasta llegar a la cocina y se queda observando; Thiago está con una sonrisa hermosa, actuando como si todo ya lo hubiera olvidado. Él corre una silla para que ella tome asiento, pero Renata la acomoda hacia un lado, mirándolo con ironía. —Este es nuestro desayuno de segundo día de casados, obviamente lo merecemos y más tú, ya que yo fui un completo grosero. —Los ojos de Thiago brillan mucho más, sin embargo, se intentan opacar al ver que para ella es lo más insignificante. —Preferiría morirme de hambre antes de aceptar algo que venga de sus manos, no entiende que me da repugnancia… Creía que todavía le quedaba algo de dignidad, pero eso es lo que usted menos tiene Thiago. —Ella se ríe con sarcasmo, es su manera de regresarle algo de todo el daño que él le produc
Renata llega a la empresa y antes de entrar observa el cielo, que cada vez se va opacando más, precisamente así es que ella siente que está su corazón, cuando está apunto de entrar por esa inmensa puerta escucha su nombre, ella conoce perfectamente esa voz, pero no es capaz de voltear para verlo al rostro. —¡Renata! ¡Renata! —ella sigue caminando, Gael corre y la abraza llegando por la espalda de ella. —¿Qué quieres? —Renata pregunta, ella está actuando a la defensiva y él se queda completamente pasmado.—¡Verte! no sabes como me emociona eso. —Gael le sonríe, con la expresión que tanto cautiva a Renata, a pesar de que ahora solo le recuerda eso tan simple a Thiago. —Bueno… No tengo nada más que hacer a tu lado Gael, es más coherente seguir mi camino que perder mi tiempo al lado de un farsante —ella habla con resentimiento, está muy dolida ya que el solo desplante de Gael le cambió completamente su destino, obligandola a estar con el hombre que menos la merece. —¿Por qué me tratas
El silencio cada vez va llegando mucho más, algo que no le incomoda a ninguno de los dos, antes para Renata es un gran avance, por lo menos puede estar unos cuantos minutos encerrada con su esposo sin tener una sola discusión, la mirada tan penetrante que tiene Thiago cada vez está saliendo más, él solo quisiera abrazar a Renata tan fuerte para que nunca se le escape, convertirse en su máximo protector, porque eso es lo que tanto intenta hacer, a pesar de todo ella no lo entiende y todo lo exagera como si fuese un demente.—¿Alguna vez te había dicho que estas muy bella? Porque por mi te lo repito cada segundo que transcurre, todos saben que soy un hombre seco con pocos sentimientos por mostrar, sin embargo, no sabes las luchas tan inmensas que hago por comportarme contigo distinto, en realidad me importas un montón. —Thiago acaricia sus labios con la lengua, Renata se queda observando y algo termina por despertar curiosidad en ella.Existen bastantes cosas que le llaman la atención a
Ya no tiene sentido que Renata se marche, puesto que el hombre con el que se casó es una caja misteriosa, posiblemente alcanzar a conocerlo terminara por ser un proceso bien tedioso, ella debería estar asustada tal cual como les sucede a muchas mujeres, que luego de un tiempo terminan por alejarse de Thiago, al enterarse de su estado tan radical de ánimo. —¿Solo quiero saber si usted se encuentra bien? —Renata indaga, tal parece que Thiago logró estabilizar sus ánimos del todo. —Perfectamente, no puedo estar mejor teniendo la mujer que amo al frente mío, estar solos eso es maravilloso, no tenemos a ningún pendejo que nos interrumpa. —Thiago suspira muchas veces, su corazón va estallar, olvido por completo lo que pasó hace un momento.—¿Es decir que ya me puedo ir? —ella habla bastante insegura.—No, Renata ¡Me estás colocando muy mal! Sabes que no dejo de delirar con tu cuerpo, yo siento que ya es hora de que te entregues a mí. —Thiago se coloca de pie, él disimuladamente acomoda el
Thiago sale de su oficina diseñando en su cabeza estrategias para convencer como sea a Renata, lo satisface saber que es una mujer de su casa, no como las mujerzuelas bastantes resbalosas con las que Gael salía, quienes luego terminaban por coquetear con Thiago haciéndolo quedar bastante mal delante de su hermano, cuando él lo único que hacía era rechazarlas precisamente por estar pensando solo en Renata. —Tal vez un ramo de flores le termine por gustar, soy tan idiota para caer en cuenta hasta ahora espero que no sea muy tarde, esos detalles a todas les fascinan mi princesa no puede ser esa excepción. —Thiago baja animado hasta el parqueadero, el señor de seguridad disimuladamente se va escondiendo, ya que él noto donde precisamente está la esposa de su jefe. Thiago está concentrado en hacer las cosas bien, tanto así que solo observa hacia adelante, aunque a sus espaldas suceda de todo no le interesa, de repente su andar se va frenando en seco, él mira hacia los lados y se esconde
Renata ya está pasada de tragos, absolutamente todo le parece chistoso, Gael procura seguirle la corriente en todo, él sabe que esos dotes que tiene sin duda superarán a Thiago. —Te voy a confesar algo Gael… No quiero volver a mi casa, como sé que jamás la vas a conocer te explicaré que de nada te estás perdiendo, hace un frío tremendo y lo peor de todo, es que no encuentro nada caluroso. —Renata brinda con la copa desocupada de Gael, él prefiere ir más despacio claramente así se acordará, de todos los placeres que la noche les traiga.—¿Crees que el idiota de mi hermano nunca me va a invitar? —Gael se ríe, todo lo está haciendo con mucha ofensa, sin embargo, eso a Renata ya le está elevando la paciencia.—Tampoco tienes que ofender así a las personas, te creía diferente Gael, pero posiblemente llevar la misma sangre los hace ser tan parecidos. —Ella intenta levantarse para marcharse, se queda quieta al notar que él no hace nada, eso la hace sentir tan ignorada algo que con Thiago ni