Thiago Santos es uno de los hombres más poderosos en la industria del petróleo, la competencia que mantiene con su hermano gemelo, lo hace cometer varios errores sin saber que todo eso lo llevará a conocer el amor más verdadero que puede llegar a sentir. Renata Alves, una mujer inteligente y muy bella, ella está destinada a sacrificar incluso hasta su felicidad por la de su familia, sin imaginarse que ese hombre al que siempre terminó por dejar a un lado terminará por hacerle conocer lo que es el amor verdadero y sacar su mejor faceta. ¿Podrá el amor vencer la rivalidad que empieza a crecer entre ellos?
Leer másLa noche está llegando, está más serena de lo normal, pero para Renata Alves arrepentirse aun no puede estar dentro de sus planes, ella es la única hija de Luciano Alves, él necesita expandir mucho más sus negocios, la empresa de petróleos debe ser la más grande a nivel mundial, por lo tanto Renata está obligada a unir completamente su vida a Gael Santos, uno de los dueños de la competencia, para ella es el que realmente más mercería su amor, ya que el hermano Thiago Santos no le produce confianza para nada.
Cada paso que ella da, le hace producir un dolor en su alma, puesto que es un sacrificio por amor a su padre, será destinarse a no poder encontrar realmente a alguien que ella desee, ella observa las prendas y por más de que es el vestido de novia que siempre soñó, ya no es tan especial como antes, ese escalofrío que se supone que tendría que percibir desapareció, ahora solo le queda la incertidumbre de lo que vendrá.
Renata sostiene con ambas manos el vestido blanco que solo refleja pureza, esa que aun ella todavía le guarda al hombre perfecto, se lo coloca para que adorne completamente su silueta, recoge su cabello todo lo hace de la manera más simple, mientras que las lágrimas están desgarrando su corazón, por cada minuto que transcurre en el reloj es un suspiro que se le va, lo peor es que debe reprimir todos sus sentimientos, ya que es la más sagrada de sus promesas; tocan la puerta y sin Renata permitir que sigan, su padre entra, él tiene los brazos abiertos justamente para ella.
Renata va dejando caer su cuerpo hacia su padre, hasta quedar de rodillas para suplicarle una vez más, ella se agarra de las piernas de su padre y lo jala, pero él hace como si nada sintiera y con ambas manos la va quitando.
—¡No puedo papá! —Renata exclama, sus ojos vidriosos demuestran sufrimiento, aquel que su padre por conveniencia simplemente ignora, para Luciano el amor no es importante, solo el dinero.
—No me vas a traicionar, todo cuando estas a unas pocas horas de casarte ¿Por qué no eres más inteligente hija? si no lo haces te olvidarás que yo soy tu padre y con todo el dolor de mi alma serás la deshonra de la familia, es probable que con el tiempo llegues a enamorarte, me da tranquilidad entregarte a las mejores manos, los dos sabemos que esas son las de Gael. —Luciano sale de la recámara, él no se quita de la puerta, tiene claro que aunque sea a rastras su hija lo tendrá que ayudar.
Mientras tanto, Gael Santos ya está listo, con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro simplemente demuestra que lo logró y le ganó a su hermano Thiago, quien para él siempre será un perdedor, se escuchan unos aplausos pausados, Gael gira su cuerpo y se da cuenta que es Thiago con un smoking, el cual aparentemente demuestra más estar de luto que feliz.
—¿Qué quieres? ¿Rogar para que no me case, hermano? —La risa que le sale a Gael es ofensiva, para él es un gusto hacer sufrir a su hermano, todo para ser superior, la envidia que siempre le ha tenido es la que lo impulsa a destruirlo.
—Nada podré hacer, a pesar de que sabes que muero por esa mujer tu vas a continuar, te apoyaré inmensamente eres mi hermano, por eso mismo me ofrezco a llevarte y no tienes otra opción, ya que cancelé el auto que te recoge, esto será para hacer las paces. —Thiago estira su mano, Gael luego de terminar de observar de reojo le da un apretón.
Thiago y Gael salen de la casa, todo sin avisarle a nadie, suben sobre un auto y Thiago conduce, lo hace muy rápido, mientras no para de mirar por el retrovisor.
—¿Estás loco Thiago? ¿Quieres matarme? —Gael grita, mientras se sujeta del asiento.
—No simplemente te haré un gran favor, ya que no será para nada agradable para mi que te unas con la mujer que yo constantemente te decía que la amaba, jamás olvidaré todas tus burlas y ¿qué crees? ya llego mi tiempo de vengarme, estoy seguro de que el placer que me va llegar será inmenso, absolutamente nada perderás, pero algo sí te aseguro y es que esta vez yo seré el ganador. —La rabia de Thiago más lo hace acelerar, siente que su cabeza va estallar justamente de la locura que está apunto de salir, por el amor de Renata es capaz de continuar sacrificando, hasta la unión con su propia familia.
Thiago saca un arma que tenía escondida en su pantalón, de inmediato sus ojos se nublan, está completamente enceguecido y solo tiene rencor, la mirada de desconsuelo de Gael lo hace cambiar de inmediato de planes, hasta llevarlo a una casa alejada de la ciudad en la que difícilmente regresará hasta donde Renata, algo en su corazón le dice que su hermano merece una oportunidad, pero lejos de todos.
Thiago amarra las manos de su hermano, lo lleva jalando de su brazo hasta el interior de la desolada casa, lo lanza sobre el suelo y ahora amarra sus piernas para no permitirle ni un solo movimiento, la risa de sarcasmo cada vez es más evidente, Gael persigue a Thiago con la mirada, pero ni así deja de apuntar con el arma, Thiago respira profundo todo antes de liberarse ante su hermano.
—¡Gael! —grita fuerte Thiago— Existen tantas verdades que para ti jamás serán un secreto, intentaste meterte con el amor de mi vida, precisamente sin sentir nada, aún sabiendo lo enamorado que estoy. Yo mismo me prometí que renunciar al amor no lo haría, mira nada más Gael, lo estoy cumpliendo.
—Yo si siento cosas por Renata, es distinto que no sea un loco obsesionado como tu, no puedo asimilar todos los extremos que llegas, todo por tus locuras ¿Estás tomando tus medicamentos, de la bipolaridad Thiago? —Gael está subiendo su tono de voz, asustado puesto que desconoce a su hermano.
—Somos bastante parecidos físicamente, como dos gotas de agua, sin embargo, jamás seré como tú en cuanto a lo demás, no te hagas el preocupado porque no te importa, sabes que yo sé muy bien lo que necesito y por eso estoy luchando, por mi amada Renata. —Thiago comienza a quitarle la camisa y el abrigo a su hermano, todo para que los dos intercambien y él parecer el novio.
—No vas a dejar de tener mala suerte Thiago, aquí para siempre no me quedaré y Renata regresará para mi, aun cuando no la ame, puede que yo si logre generar un sentimiento, pero tu simplemente lograrás repugnancia, te voy a mostrar lo que significa pelear por una mujer. —Gael levanta su mentón, la mano de Thiago está temblando aun cuando desea eliminarlo para siempre, la cobardía no lo deja aparte de que es su hermano.
—Luego de esta noche mi destino cambiará para siempre. —Thiago se agacha y levanta a su hermano, acomodandolo sobre una silla, Gael no se cansa de implorar un auxilio, aun cuando su voz lo único que produce es un gran eco.
Thiago se va alejando dando unas largas zancadas, nada le importara porque ya se lanzó al abismo. Gael comienza a gritar, pero es en vano porque aparentemente está muy lejos de la gente.
Una semana después Thiago va llegando a su casa, con su brazo enyesado, y dejándose consentir por Renata, Luciano los está esperando con unas copas de champagne.—Papá tampoco es una fiesta, lo más tenaz mi amor es que mira nada más al alcahuete de tu papá. —Renata abraza a Marcelo, ella tiene bastante para agradecerle. —Para ti es un vaso de agua Renata, por nada en el mundo me podía perder la bienvenida de mi hijo, cuando él, es mi mayor bendición. —Marcelo no se quiere separar de Thiago. —Así es papá, tú eres la mía… Sé muy bien que juntos podremos continuar adelante, son muchos golpes seguidos para todos, sin embargo, como una familia vamos a salir adelante. —Tocan la puerta y todos se quedan quietos, puesto que a nadie esperaban. Renata abre con sus manos cubriendo su vientre, para ella tener confianza es complicado. Renata alcanza a dar un pequeño brinco cuando ve a Samara, pues recuerda sus intenciones desde que conoció a Thiago. —Sería incapaz de hacerte daño, espero que l
Bárbara entra a la habitación donde está Renata, ella saca el arma que tenía escondido dentro de su camisa y le empieza apuntar a su hija, el corazón de Renata está paralizado. —¿Estás mal mamá? puedes ir a una cárcel. —Así… Pues si no te callas el destino de Thiago será peor al de ustedes dos, no creas que olvido que tu llevas mi adorado nieto —dice Bárbara quitándole todo el impulso de gritar a Renata. —Tendrás esta culpa hasta el día de tu muerte —Renata nunca se agotará de reprocharle. —No porque yo a ti no te quiero, ya es tiempo de que te enteres que siempre te voy a odiar, fuiste producto de una infidelidad de tu padre y como te parece que yo fui la que te crie. —Bárbara prácticamente la está golpeando con la mirada. —Pero puedes tener compasión yo siempre te he querido mucho. —Renata está rogando para conservar su vida. —No puedo Renata entiende que ya escogí hasta el sitio donde te voy a enterrar —las palabras de Bárbara hacen sentir escalofríos a Renata. Justo cuando
Renata llega a la empresa, aunque una parte de ella no anhelaba levantarse de esa cama, todo lo hace para no caer en depresión por ese bebe que ya viene en camino. Imagina que Thiago ya llegó ya que ni un solo rastro de él encuentra, ella entra a la sala de juntas y precisamente están en medio de una presentación. Renata sabe que si se marcha de una vez quedará en ridículo, algo que por dignidad no permitirá más. —Mi amor ¿Qué haces aquí de visita? —Thiago mira a Renata queriendo decirle que se vaya.—Señor Santos recuerde que está también es mi empresa, así que no lo molestaré más ya que el deber de todos ustedes es aceptarme —ella es contundente, ya ni prudencia quiere tener. —No existe ningún problema Renata, me presento soy uno de los nuevos socios —apenas aquel hombre termina de hablar, Renata intenta buscar a la lanzada mujer que se está quedando con Thiago—. Soy Gabriel de Oliveira, es un gusto. —Gabriel le besa la mano a Renata haciendo dar celos a Thiago. Gabriel despertó
Dos meses después.Renata lleva horas metida en el baño, la angustia de Thiago es impresionante, así que él no duda en preguntarle que pasa. —Mi amor ábreme, estás demasiado mal para quedarte sola, no me vayas a negar las cosas porque exactamente note como tu rostro estaba pálido. —Thiago tiene unas inmensas ganas de derribar la puerta, su corazón no deja de palpitar.—Thiago estoy bien de hecho es un problema como según como tú lo veas, por mi parte yo nunca me voy a arrepentir, ve y te sientas en la cama yo ya te llegó. —Renata junta sus manos rogando para que todo fluya. Ella camina, insertándole más misterio a todo, Thiago tiene su cabeza agachada, no obstante, sus oídos están levantados para escuchar, algo que tal parece puede transformarle toda su felicidad. —¿Estás enferma Renata? —No lo estoy, simplemente porque estoy embarazada, precisamente esto es lo que confirma lo mucho que nos estamos amando. —Ella le entrega la prueba dónde exactamente dice positivo, él está pasmado
Thiago está llenando unas cajas las cuales parecen siempre tener un espacio grande, él prefiere hacer todo solo, despegarse de su casa en nada le ayudará si está presente su esposa.Thiago revuelca sus cosas y cuando, llega precisamente a lo de sus padres, su mente se llena de recuerdos esos que lo hacen sentir peor, él se acuerda que su madre siempre le tuvo prohibido abrir un cofre.Los nervios lo están acabando, pero ya no hay nada que lo detenga a saber mucho más de la verdad. Thiago destapa la caja, él busca y hay demasiadas cartas donde sus padres se expresaban amor, en el fondo hay una bolsa con cinta a su alrededor, con un letrero en el centro donde dice “peligroso” Él sintiendo sobre sus manos miles de calambres lo destapa, antes de ver su contenido solo acepta que Gael no sería capaz de hacer una trampa, puesto que precisamente él daba todo por sus padres.Acaba de doler su pecho, por más de que hurga sus ojos no asimila lo que está viendo, su panorama acaba de modificarse
Thiago se queda en silencio, él no sabe si será un apoyo para su hermano, quizás sus sospechas no están muy desviadas y dar una lección para absolutamente nada servirá, ya que las consecuencias se les vendrán y todas al mismo tiempo. —Nos vemos en la empresa, necesito que llegues tú nos metiste en este maldito problema, es tu deber pensar en cómo sacarnos —Thiago le dice a su hermano, Renata escucha y se esconde detrás de la puerta para escuchar. —Lamento bajarte de esa nube en la que te subes, no pude evitar caer en las tentaciones de gastar gran parte sin medirme, pero todo lo mereces por quitarme a Renata mi felicidad… Todo es algo normal para el negociante que puede salir de lo que sea, demuestra que por algo eres el mejor de todos. —Gael está tirando lejos todo lo que ha cuidado Thiago, asimilando que ya no sirve. —Deja las excusas Gael, yo no soy el único que voy a perder, recuerda que este es nuestro patrimonio —Thiago busca todas las maneras para hacerlo entrar en razón.
Último capítulo