Capítulo 68 Un hombre entregado en el amor.
Raina se sorprendió. No pensaba que Iván malinterpretaría así el motivo por el que se quería quedar.
¿Es que tenía un trastorno y no podía confiar en nadie?
Al verlo, parecía que no lo decía en broma. De repente, recordó lo que Iván había dicho aquel día en el césped y ahora entendía de dónde venía su desconfianza.
Dicen que las mujeres son sensibles, pero este hombre tenía una sensibilidad que superaba la de cualquier mujer.
Raina no se alteró, ni se apresuró. Lentamente, levantó su brazo y lo colocó alrededor del cuello de Iván, tirando hacia abajo.
—Iván, no te preocupes, antes de que digas que esta relación ha terminado, no haré nada que te haga quedar mal —dijo suavemente, con la misma suavidad en su tono.
La mala sensación en el corazón de Iván desapareció al escuchar sus palabras. Él la acarició suavemente en la marca de su oreja.
—¡Bien! —respondió él, sintiendo que todo estaba en orden, y que podía quedarse.
Raina retiró su mano y la colocó nuevamente en su lugar. Iván se ende